El bacalao, mucho más que un plato de Cuaresma

En el artículo de hoy os queremos contar un poco sobre la historia del bacalao y de cómo ha llegado a nuestros días. De este modo, no solo podrás disfrutar de su maravilloso sabor en nuestro restaurante, sino que también podrás aprender un poco sobre él en nuestro blog. ¡No te lo pierdas!

Historia

Se dice que los primeros en secar el bacalao fueron los vikingos de Noruega en el siglo X, cuando Thorwald y su hijo Erik el Rojo fueron desterrados y decidieron viajar a Islandia, Groenlandia y Canadá.Fueron momentos muy duros y sus expediciones fueran muy sangrientas, por lo que necesitaban reponer fuerzas. Lo hacían gracias al bacalao curado, que lo conservaban al aire gélido hasta que perdía cuatro quintas partes de su peso y se convertía, de este modo, en algo comestible. Sin embargo, su dureza era tal (similar a la madera) que tenían que partir el pescado con sus hachas y se tiraban horas masticándolo.Esta técnica se popularizó muy proto en Noruega e Islandia, donde se comenzaron a construir secaderos de bacalao para venderlo después al resto de países europeos. Fue así como llegó al País Vasco, donde le incorporaron la sal para prolongar su conservación (técnica aprendida para la conservación de la carne animal). Cuando más tiempo se conservara el bacalao, más fácil era de negociar con el interior de la meseta.Pero… ¿de dónde sacabas este pescado? No se les veía faenar en los mares del Norte, así que fue siglo después cuando se descubrió que cruzaban el Atlántico hasta la desembocadura del Río San Lorenzo (Norteamérica) para conseguirlos.El momento de más esplendor para el bacalao fue cuando la Iglesia medieval impuso los días de ayuno, en los que no se podía, entre otras cosas, comer carne. De este modo, cuanto más viernes de ayuno se daban, más negocio para los vascos. Después llegaron los días de abstinencia en Cuaresma y otros tantos, hasta el punto en que la Iglesia prohibió comer carne la mitad de los días del año. Fue así como el consumo del bacalao se disparó ya que se trataba de un alimento de calidad y barato.