Ostras

Bajo una concha rocosa se esconde una de las mayores delicias del mar, en concreto cuando se trata de producto gallego. Son una auténtica delicia que debe ser consumida con brevedad desde que se sacan del mar y cuya concha ha da abrirse como mucho quince minutos antes de ser degustadas.

La mejor temporada para probarlas es justo tras el verano, cuando han crecido por la hidratación de esos meses volviéndose más jugosas. Es habitual probar sus tonos delicados sin condimentar, aunque también lo es con unas gotas de limón, pimienta, tabasco o vinagre. Se trata de un alimento rico en nutrientes y reservado para las ocasiones especiales normalmente por su elevado precio.

Contienen dos calorías por cada gramo de producto y apenas un 13% de grasas. Contienen ácidos grasos omega 3 y regulan el funcionamiento del sistema cardiovascular. Aportan hierro, ideal para combatir anemias. Sorprende su proporción de elastina, fundamental para prevenir la aparición de arrugas en la piel. Se ha vinculado durante muchos años a ciertos efectos afrodisiacos.

Es la reina de los mariscos y resulta fundamental en toda oferta de un buen restaurante que se precie.

Patricia Vasco Campos